Es un ejercicio complicado percibir la realidad a través de la mente soñolienta de una oveja. Lo que nos cuenta está trufado de ironía (su concepto de Dios por ejemplo).
Los humanos somos seres inexplicables, a veces temibles (el carnicero) y que exhiben sus debilidades en sus olores.
Nos damos cuenta de que las realidades inconexas que las ovejas nos relatan y que a veces son para nosotros tan crípticas como lo son para ellas mismas, van encajando en un rompecabezas al que sin embargo aún no vemos sentido.
Nuestras ovejas van poco a poco desplegando su particular carácter, individualizádose y demostrándonos que tienen cada una su propia historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus opiniones son muy valiosas y hacen que este blog sea algo vivo ¡Gracias!