Una novela epistolar. Y no es fácil conseguir que el intercambio de correos electrónicos entre dos personas nos tenga pegados al sillón, a las paginas del libro como si de una novela negra se tratara.
Vamos conociendo lentamente a los personajes (a Leo y a Emi) por lo que ellos mismos dejan translucir. Aún sabiendo que fácil es mentir en la red, es también imposible que el tiempo no acabe por mostrar lo que en realidad somos, lo que sentimos aún sin saberlo.
Y nuestros protagonistas se arriesgan a ello, a crear una adicción que les saca de su zona de confort y les obliga a replantearse su vida. Nosotros vamos avanzando con ellos, cambiando con ellos, identificandonos sin querer con uno u otro. Y deseando en el fondo de nuestro corazón que hagan ésto o aquello.
Para leer de un tirón....y querer más.