"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca" JORGE LUIS BORGES

martes, 4 de enero de 2011

Verano de los quince años a ritmo de Tannhäuser

Estamos ya en la tercera generación. Rememoramos los veranos en la casa natal de nuestro tercer Trotta, con poco más de 14 años y de vacaciones de la escuela militar.

Francisco José I
 Hay un regusto en la historia a Lampedusa pero también a Proust. Las ceremonias inmutables y llenas de coloridas imagenes que quedan en nuestra retina literaria como reflejo de una época. La banda militar tocando la marcha Radezsky durante el primer plato y la obertura de Tannhäuser en el buey cocido con su guarnición de verduras, muy lejanas gastronómicamente hablando de la magdalena de la búsqueda del tiempo perdido pero con el mismo resultado evocador.

La historia no es lineal pero ya nos ha atrapado, no porque nos sintamos identificados con los personajes ni con sus problemas. Estamos presenciando por un catalejo (eso al fin y al cabo es un libro) la forma de vida del Austria de Francisco José I, y además no nos limitamos a mirar sino que también tenemos acceso a los pensamientos de los personajes. Que más queremos ¿no?